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“Se puede reducir la contaminación por nitratos en el Mar Menor sin renunciar a la producción y gracias a la biotecnología”

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La crisis de los nitratos del Mar Menor tiene una posible solución, aquí y ahora: los biofertilizantes.

Los nitratos son el problema más común de los fertilizantes convencionales.

Los nitratos son una parte esencial de los abonos nitrogenados. Estas sales inorgánicas son convertidas por la planta en aminoácidos indispensables para la vida. Sin embargo, una gran cantidad de los mismos ni es absorbida por la planta ni queda retenida por el suelo, pasando a capas profundas del mismo por un proceso llamado percolación. Este arrastre de nitratos a capas profunda provoca, con el tiempo, la contaminación de acuíferos, de masas de agua superficiales y suelos. El proceso se suele asociar al uso excesivo e indiscriminado de fertilizantes químicos convencionales.

Desde 1966, los nitratos se encuentran en el candelero de las medidas protectoras del medio ambiente. Con la incorporación de la Directiva 91/676/CEE, dedicada exclusivamente a las aguas y su contaminación por nitratos procedentes de fuentes agrarias, la tensión no ha dejado de crecer. Con cierta perspectiva, por un lado, vemos las necesidades del agricultor, que vela por su producción y el bienestar de sus campos.

En el otro está la normativa y la necesidad de proteger el entorno de la contaminación. El choque entre ambos se produce como consecuencia de las prácticas agrarias, muchas veces imprevistas, o más bien incontrolables: es casi imposible conocer con exactitud la dinámica que seguirán los restos de insumos agrícolas en el suelo, especialmente ante situaciones meteorológicas extremas, como la reciente DANA sufrida en la región.

En este panorama es normal ver crecer la preocupación ante la situación: hacen falta más aportaciones para recuperar y mantener los niveles productivos del campo. A su vez, la Administración trata por todos los medios de controlar las consecuencias de estas prácticas, no siempre con suerte. El conflicto, muchas veces, parece inevitable.

Pero las soluciones están al alcance de la mano y son inmediatas. Es más, entre las soluciones más eficaces están las de origen murciano, cuyo sector agrobiotecnológico está en alza y cuenta con décadas de experimentación a sus espaldas. Sí, a día de hoy se puede mantener la producción en los mismos niveles a la vez que reduce la contaminación por nitratos gracias a la biotecnología.

Biofertilizantes para sustituir al abono convencional: misma producción sin contaminación

¿Se puede obtener la misma capacidad productiva de un cultivo reduciendo la cantidad de abono convencional, y, por tanto, la contaminación de nitratos? Tras años de investigación, y a tenor de las pruebas de campo presentadas por empresas como la murciana Probelte; sí, se puede. Un ejemplo claro lo vemos en Bulhnova, unbiofertilizante que se basa en unos microorganismos especiales conocidos como “promotores del crecimiento vegetal”.Estos están presentes de manera natural en los suelos. Sin embargo, las cepas presentes en este producto son más eficaces que las autóctonas. Su identificación ha llevado más de una década, al igual que desarrollar el método para conservarlas vivas, pero aletargadas, en el biofertilizante. Estas bacterias en concreto están registradas en la Colección Española de Cultivos Tipo (CECT) por Probelte, fruto de todo este tiempo de investigación.
La acción de estos microorganismos es esencial a la hora de potenciar el proceso de fertilización vegetal. Una vez en contacto con la planta, los microorganismos estimulan sus raíces, ayudándolas a crecer. Estas cepas son especialmente eficaces transformando el nitrógeno atmosférico en formas químicas que la planta puede asimilar, y lo hacen según sus necesidades, por lo que no se producen excesos que puedan ser arrastrados en los suelos. Su acción simbiótica juega a favor del cultivo, ya que lo alimenta y lo refuerza, aumentando su crecimiento. También ayuda a movilizar los fosfatos inmovilizados en el suelo debido al abonado. Otra “capacidad” de estos microorganismos les permite solubilizar el fosfato cálcico y bicálcico del suelo poniendo a disposición de la planta una gran cantidad de fósforo asimilable, sin necesidad de tener que aportarlo mediante fertilización convencional.

En definitiva, los microorganismos son capaces de sustituir el papel que realizan los abonos químicos, los cuales sirven a la planta los nutrientes necesarios mediante la saturación de los suelos. Muestra de ello son los resultados de campo: tanto en cultivos de investigación como en parcelas de producción, hechos públicos por Probelte, la producción se ha mantenido en los mismos niveles usando solo este biofertilizante.  
Al no incluir abondado convencional, se produce una reducción drástica de la contaminación por exceso nitratos y otros contaminantes. El principio básico para una conservación medio ambiental sostenible del medio agrícola pasa por la utilización de una menor cantidad de fertilizantes de síntesis. Su reducción, además, supone un ahorro en transporte y recursos, así como una reducción drástica de la huella de carbono.

El Mar Menor debe apoyarse en la biotecnología

No podemos dejar de lado que es necesario cumplir y velar por una legislación sostenible y adecuada. El nuevo manual de buenas prácticas agrícolas, así como la determinación de llegar al "vertido 0", obligan a buscar nuevos métodos de abonado que permitan cumplir con la normativa. Es cuestión de tiempo que el agricultor termine chocando con la necesidad de adoptar medidas.

Pero necesitamos soluciones que ayuden a mitigar el problema de manera inmediata. Y sí, como ya hemos dicho, existen. Para eso está la biotecnología. E, insisto, las pruebas de campo no dejan lugar a dudas, los biofertilizantes como Bulhnova, basados en microorganismos, permiten reducir la cantidad de recursos empleados en el abonado, así como la contaminación derivada de la explotación del suelo.

La cuestión es ¿por qué no se emplean este tipo de medidas? Nadie puede evitar pensar que teniendo soluciones que, aún siendo comerciales, ofrecen un alivio a una solución cuya tensión va in crescendo, no se estén adoptando soluciones desde el punto de vista industrial. La crisis de los nitratos no solo afecta a escenarios como el del Mar Menor, especialmente crítico a la luz de los últimos sucesos, sino a todo el mundo. Es el momento de aprovechar nuestros conocimientos tecnológicos para ayudar a aliviar una situación que no puede continuar sin resolverse.

Sobre Probelte: cincuentas años de experiencia en el sector agrobiotecnológico

Con sus centros de producción y desarrollo tecnológico sitos en el corazón de Murcia, Probelte es la primera empresa con un certificado bajo la normativa UNE 315500:2017 para insumos utilizables en la producción vegetal ecológica. Este logro habría sido imposible sin las más de dos décadas que ostenta desarrollando sus propias soluciones biotecnológicas. Desde su fundación, la premisa de que la calidad no es un compromiso, sino un deber, es el lema que dirige la empresa. Esta empresa entiende que un mundo más productivo solo se puede conseguir siendo más respetuosos con el medio ambiente y gracias a soluciones más sostenibles.

A día de hoy, Probelte tiene presencia en más de 60 países, siendo la única empresa española, y una de las cuatro registradas en Europa, que fabrica productos con Bacillus thuringiensis var. Kurstaki, Cepa PB54, la bacteria insecticida con mayor interés en la agricultura de los últimos veinte años. Probelte cuenta con más de 40.000 m2 de modernas instalaciones que acogen laboratorios de vanguardia, plantas de formulación, de fermentación y varios invernaderos experimentales, siendo una compañía referente en el sector por su tecnología puntera y su espíritu respetuoso con el mundo en el que vivimos.